El título de este artículo se puede traducir como «Yo Amo a la IASD« y debe ser el sentimiento de la inmensa mayoría de los más de 17 millones de miembros que tiene.
La membresía en la IASD se logra mediante el registro en los libros eclesiásticos el cual procede posterior al bautismo o profesión de fe. Ambas situaciones se dan producto de una conversión al cristianismo y a la seguridad de que la IASD es hoy por hoy la congregación religiosa que más se apega a las enseñanzas bíblicas.
Una vez miembro, la persona acepta en forma voluntaria ciertas obligaciones tocantes a su estilo de vida, la vida devocional, el evangelismo personal, el sostenimiento de la iglesia, etc. y al mismo tiempo adquiere atribuciones como lo es voz y voto en diferentes situaciones y elecciones, también puede asumir responsabilidades dentro de la comunidad religiosa, puede hacer propuestas o pedir cuentas a estamentos superiores de la organización y otra serie de atribuciones.
En consecuencia, el miembro activo adventista está en posición de ser escrutado y ser un escrutador de quienes lo escrutan. Sigue leyendo