Pastor Ejecutivo

El liderazgo es un poder emergente, en otras palabras, surge “desde abajo”. No se encuentra considerado formalmente en la estructura de la organización y sus atribuciones de poder no están definidas de manera formal ni son tampoco muy claras. El liderazgo, en consecuencia, tiene una base de poder informal.[i]

Hoy hablamos del “líder ejecutivo” que nace de la combinación de los dos tipos de autoridad que existen: (1) la formal, definida como el derecho moral o legal para controlar,  y (2) el liderazgo. Este concepto quiere decir que jefes formalmente designados, logran agregar a su autoridad formal una cuota de poder informal o liderazgo, consiguiendo así vitalizar enormemente el ejercicio de sus actividades de coordinación. Este es un bien muy preciado y buscado por las organizaciones.[ii]

No puedo evitar cambiar la expresión “líder ejecutivo” a “pastor ejecutivo”. Si esta mezcla es un bien muy preciado y buscado en las organizaciones, creo que en la iglesia lo es más todavía, incluso es necesaria y fundamental.

La Biblia NLT tiene varias referencias en las cuales los términos líder y pastor se utilizan en un mismo versículo. En 2Samuel 5:1, 2 a David le dijeron “He aquí nosotros somos tu propia carne y sangre.  Por mucho tiempo, incluso cuando Saúl era nuestro rey, tú eras quien realmente dirigías Israel. Y el Señor te ha dicho: “Tú serás el pastor de mi pueblo Israel. Tú serás su líder”.

Cuando se es designado pastor de iglesia, uno llega a la congregación con ciertas atribuciones inherentes al cargo, sin embargo, de acuerdo al desenvolvimiento y actitud que el pastor manifieste en la iglesia, se ganará o no la posición de líder. Son numerosos los casos en que pastores no han entendido este punto. Uno puede preguntar cuál fue el legado que dejaron y como respuesta habrá silencio.

Para llegar a hablar de pastor ejecutivo, necesariamente debemos revisar 2 conceptos importantes en el liderazgo:

  • Poder: Se entiende como la capacidad de conseguir que una persona haga lo que otro desea, incluso contra su voluntad. En otras palabras, es un “proceso de relación social, no es individual. El objeto de este proceso es realizar los fines del poderoso. El poder se caracteriza por la desigualdad, no tiene sentido hablar de relaciones entre poderes iguales, aun cuando tampoco exista una total y absoluta sumisión del uno al otro”.[iii]

Un detalle interesante y nuevo, al menos para mi, es que “el componente de resistencia permite diferenciar entre el poder y los casos en que se logra un acuerdo por la compresión recíproca o la simpatía mutua. Este elemento no implica que para que haya poder deba haber resistencia, sino que aunque la haya, se impondrá la voluntad del poderoso”.[iv]

Además de la resistencia, el poder tiene otras características; puede ser otorgado por la jerarquía de la institución, puede ser comprado, regalado, heredado o simplemente recibido por cosas del azar.

Cuando muere Herodes el Grande, sus hijos heredan el poder y se dividen el territorio que su padre gobernaba. Lo mismo sucedió a la muerte de Alejandro Magno, sin embargo en esa ocasión ninguno de los cuatro generales era del linaje de Alejandro.

Creo que a nadie le desagradaría estar en una posición de poder, admiramos  a quienes están en importantes puestos jerárquicos y quizás desearíamos tener una posibilidad como ellos. Este es un deseo muy válido. Sin embargo J. C. Hunter[v] nos hace mirar el poder de una manera cuidadosa, porque cuando es mal utilizado desgasta las relaciones.

El segundo concepto a considerar, debe ser tratado dejando claro que la noción de liderazgo ha cambiado mucho en el último tiempo, sobre todo desde la segunda mitad del siglo XX y las nuevas tendencias de management han introducido una nueva definición para el siguiente concepto:

  • Autoridad (o Influencia): Autoridad es el acto de lograr que los demás hagan voluntariamente lo que uno desea debido a nuestra influencia personal. Esta capacidad no se hereda, no se compra ni se encuentra, a diferencia del poder, se consigue.[vi] Es por eso que se dice que los líderes tienen una autoridad que proviene de los mismos subordinados a quienes tiene que dirigir.[vii]

Entonces ¿cómo es que como líderes, llegamos a tener influencia? Tal como lo hizo Jesús. Se ganó su confianza preocupándose por ellos, enseñándoles nuevas cosas, aclarándoles sus dudas, cuidándolos, visitándolos, sanándolos y entregándoles palabras de vida para vida.

Pero, un día Jesús después de un  intenso discurso, se dirigió a sus seguidores para separar aguas. ¿Cuál fue el resultado? Juan 6:65 dice que “desde entonces, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él”.  ¿Qué pasó con el resto? Jesús les pregunta a los doce qué harán ellos a lo que responden “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”  (v. 68).  En ese momento declaran reconocer en Jesús a un líder con autoridad e implícitamente están diciendo que están dispuestos a hacer su voluntad.

Jesús tenía ¿autoridad o poder?

En la vida y obra de Jesús se mezclaron a la perfección las dos características esenciales de un líder ejecutivo, esto es poder y autoridad. Jesús usó su inigualable poder para beneficio de los demás, nunca propio. Jesús usó la autoridad que la gente le dio, para beneficio de ellos mismos, nunca propio.

Corolario

Respondiendo a las preguntas que hace Ranieri Sales si “la figura de líder es la que mejor define la obra del ministro del evangelio” o si “el modelo bíblico de ministerio es bien representado por la figura del líder”[viii] mi respuesta es: hoy por hoy, sí. Y coincido con el deseo de Reinder Bruinsma de que “los pastores asuman un rol de liderazgo en sus iglesias. Deben liderar por ejemplo. Deben liderar planificando y lanzando una visión para sus miembros…Los líderes de éxito deben desear ser líderes y disfrutar del hecho de que lo son. Si no es así, pronto cesarán de inspirar a la gente a la que son llamados a liderar”.[ix]

Jesús lideraba con integridad, poder y autoridad, logrando lealtad y fidelidad, pero no exigía ciega incondicionalidad. Hay quienes lo exigen creando una muralla que impide el derecho de discrepar y preguntar, además frena la creatividad y los sistemas de evaluación. Estas personas creen que al ser cuestionadas estarán permitiendo que los demás levanten un manto de duda sobre sus capacidades, liderazgo y su ministerio.

Ese tipo de pensamiento goza de buena salud, alejando a la gente, pues la incondicionalidad , como se ha dicho en otros artículos, es la más hermosa autopista hacia la  mediocridad. Los fariseos la exigían, no permitían ser cuestionados y Jesús los trató de guías ciegos liderando ciegos. Cuidado! porque puede llegar un momento en que tanto el guía como el seguidor están en la misma condición, ambos ciegos. Por eso, si fuere necesario, hay que seguir el consejo de Jesús: dejadlos. (Mateo 15:14 RVA).

El pastor se hará cada vez más sabio y fuerte si permite que los miembros de su iglesia discrepen con él y junto a él. Se convertirá en un pastor ejecutivo si hace el perfecto mix entre poder y autoridad. Si practica el ejemplo de Jesús de Nazareth de identificarse y comprometerse con su gente a través de una actitud de amor y humildad, entonces caminará seguro y confiado al frente de su grey, y tendrá ganado el pleno derecho de ser llamado líder.


 

[i] Apuntes del curso “Conflicto, Liderazgo y Negociación”, La Clase Ejecutiva, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2002

[ii] Ibid

[iii] RODRÍGUEZ, Darío. Gestión Organizacional, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2da Edición, Santiago, 2001.

[iv] Ibid

[v] HUNTER, James C.  La Paradoja, Ediciones Urano, Barcelona, 1999.

[vi] Ibid

[vii]Conflicto, Liderazgo y Negociación”:2002

[viii] Revista Ministerio, “Un ministerio bíblico”, por Ranieri B. Sales,  Septiembre-Octubre 2006.

[ix] Revista Ministerio, “Expectativas de un presidente”, por Reinder Bruinsma,  Enero-Febrero 2007.

Deja un comentario